CRÓNICA DE UNA CONFRONTACIÓN ANUNCIADA
La unificación profesional de dos importantes núcleos de actividad en torno a la carga y descarga en el puerto de Barcelona, cual eran las empresas Mooring Ports Services y CEMESA, dio lugar a un único punto de referencia con la nueva empresa AMARRES DE BARCELONA a partir del 1 de enero de este año presente. Los trabajadores y trabajadoras, pertenecientes a las antiguas plantillas de las mencionadas entidades empresariales, venían demandando desde su creación y como medida inmediata la unificación de las condiciones laborales de la plantilla al completo. Al día de hoy, dicha demanda ha sido obviada completamente por los representantes empresariales en las distintas reuniones que se han venido manteniendo, pese a la insistencia de los representantes de los trabajadores y trabajadoras.
La presentación del preaviso de Huelga Indefinida por parte de las entidades sindicales implicadas, USTP, CCOO, CGT y OTEP, parte de este punto concreto donde el comienzo de la actividad empresarial de AMARRES DE BARCELONA tiene lugar con una plantilla que, según fuentes sindicales, se expone a la equivocada voluntad de una nueva dirección empresarial que pretende hacer una “subrogación al uso”, es decir, mantener las antiguas condiciones laborales que cada plantilla por separado traía de su empresa de origen. Este punto es negado por los representantes empresariales, que afirman “haber realizado propuestas concretas que no incluyen esta situación, porque no es legal”. Pero, a pesar de ello, siguen sin comprometerse a negociar de firme una solución como la propuesta por los sindicatos.
Otro de los puntos conflictivos en este asunto estriba en torno a la necesidad de tener dieciocho trabajadores por turno, para poder así cubrir de manera completa, segura y efectiva todas las necesidades que la actividad implica. Pero por su parte, la empresa niega esta necesidad, argumentándose que “en función del volumen de trabajo que pueda haber un día u otro, pueden necesitarse más o menos personas y eso puede ir modulándose en función del turno”, por lo que exige “flexibilidad”, es decir, no fijar un número mínimo de trabajadores por turno.
Aunque ambas partes insisten en reiterar la necesidad de sentarse a negociar, el preaviso de huelga ya ha sido presentado dada la gravedad de los hechos descritos y la inconsistencia de los representantes empresariales ante ello. No obstante, los delegados sindicales implicados en el presente asunto insisten en que la solución final pasará por negociar un convenio provincial que “sería una clara solución futura para evitar definitivamente el conflicto”, advirtiendo que ““todas la condiciones que marcamos tienen por objetivo ofrecer un servicio de calidad, siempre velando por la seguridad de los trabajadores en las maniobras”.
Otro de los puntos en conflicto entre las plantillas y la dirección empresarial es que, dentro del ámbito salarial, los amarradores reclaman el incremento del IPC del año 2021, para el año 2022, así como un incremento del 4% mínimo para el año 2023 sobre las tablas del 2022. En este sentido, recuerdan que estas mejoras se reclaman “para todos los trabajadores”, ya que los que son de CEMESA tienen congelados sus salarios desde el año 2012. Otra de sus demandas es el pago por la realización de los servicios auxiliares, actividad que no está contemplada en el convenio, así como el pago por la polivalencia. Por otro lado, también han manifestado a la empresa otras carencias referidas a la unificación de las condiciones de la incapacidad temporal y el desacuerdo en la organización de los turnos.
Desde este sindicato de trabajadores y trabajadoras portuarios mantendremos el interés en seguir de cerca este conflicto… ¡Suerte a los compañeros y compañeras del puerto de Barcelona en esta lucha!
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